En 2024, la producción de trigo duro de Italia se situará en torno a los 3,5 millones de toneladas, lo que supone un descenso del 10-15% respecto a la media a largo plazo, con una caída anual del 8%, según las previsiones del instituto de investigación italiano Crea. Esta disminución se debe en gran medida a las condiciones climáticas adversas, exacerbadas por la reducción de la superficie cultivada y las tensiones geopolíticas, que afectan especialmente a los cinturones de cultivo del sur. Sicilia se enfrenta actualmente a una situación especialmente grave debido a la sequía, mientras que Apulia y Basilicata han visto comprometido su potencial de producción.
Estas ideas surgieron de los análisis preliminares presentados en la edición de 2024 de Durum Days, un evento internacional fundamental convocado por los principales actores de la industria, organizado por la Cámara de Comercio de Foggia en Apulia. Esta presentación ocurre poco menos de un mes antes de que comiencen las operaciones de cosecha en los campos.
A nivel internacional, según los analistas de Areté, se prevé que la producción mundial de trigo duro repunte en 2024, con un aumento previsto de aproximadamente el 10%, impulsada por el aumento de la producción en los principales países exportadores, como Canadá (+40%), Estados Unidos (+25%), Rusia (+20%) y Turquía (+5%). Se espera que estas mejoras refuercen las existencias mundiales de trigo duro, que podrían superar el +8 o el +10%. Sin embargo, se prevé que las existencias finales se mantengan por debajo de los promedios a largo plazo.
Esta narrativa más amplia aclara por qué se espera que los precios mantengan niveles por debajo del máximo reciente, aunque siguen siendo históricamente elevados, como se indica en el análisis económico.
*Información de Italian food news
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