Semanario El Pionero

Expresión de Mexicali y su Valle

Lo extraordinario de lo cotidiano…

Naturales Instintos 

Por Gladys Villalobos*

“No hay una segunda oportunidad para una primera impresión”, se dice popularmente. En este momento de mi vida dudo de esta frase. En más de una ocasión mi primera impresión de una persona ha resultado deficiente, insuficiente o subjetiva.

¿Desde donde gestamos una primera impresión de una persona o lugar? ¿De las expectativas, de las creencias, de los prejuicios, de la influencia, del criterio? Sumaría la asociación, la afinidad y las emociones. 

A todos nos ha pasado. Te presentan a una persona. Si no frenas tus naturales instintos tienes ya una primera impresión. La suma de detalles te lleva a otorgarles adjetivos calificativos. De ahí puede surgir un rechazo a la convivencia posterior o el principio de un amable camino por recorrer.

Los psicólogos nos dicen que nos lleva solo milésimas de segundo. En apenas un suspiro sentimos si una persona es de nuestro agrado o no. Reacción que tiene que ver con nuestro lado primitivo, con la evolución de nuestra especie, autoestima o inseguridad, con nuestro instinto de supervivencia y necesidad de aceptación.

Hoy en día puedo reconocer hermosas relaciones, vínculos fraternales con personas que de primera instancia no sentí empatía. De no brindarme una segunda oportunidad o permitirme conocer un poco más de esa persona, hay historias que hoy no serían una realidad en mi vida. Caso contrario, relaciones a las cuales aposte mi confianza y el tiempo me mostro que me había equivocado.

El efecto halo es un sesgo cognitivo muy común. Este efecto se refiere a la influencia de nuestra percepción al momento de otorgar cualidades a una persona a partir de nuestra primera impresión. Fue en 1920 cuando el psicólogo Edward L. Thorndike se dio cuenta de que las personas solemos sacar conclusiones globales de grupos o etnias de personas, sin conocerlas de modo individual. Todos los mexicanos somos corruptos, los musulmanes son terroristas, los europeos son educados, los californianos son ricos, son un ejemplo del efecto halo.

Otro ejemplo del efecto de halo es cuando conocemos a una persona que físicamente nos resulte atractiva o a la inversa. Al ver su imagen agradable tendemos a pensar que sus acciones, sus opiniones y creencias serán igual de positivas que su aspecto físico o, al contrario ¿Tienes alguna historia de una segunda oportunidad que te diste que resulto mejor de lo que esperabas o no? 

“Lo Extraordinario de lo Cotidiano”, un espacio donde cada día es un motivo. A ti que me lees, valoro tu tiempo.

*Cachanilla de nacimiento, comunicóloga de profesión, amante del cuerpo por vocación. Crecí análoga, me convertí digital. Asesora en Comunicación, Redactora de Contenidos, Fotógrafa. Mi sitio: gladysvillalobos.wordpress.com/