Por Omar Ahumada
En el transcurso de un año, hay algunos eventos programados que mueven el mercado, uno de ellos es el informe de las proyecciones de siembra del USDA, mismo que se publicó el pasado jueves 28 de marzo, en el reporte para la temporada de este año se muestra que los productores piensan sembrar una menor cantidad de maíz con respecto a lo proyectado en este mismo reporte el año pasado y también es menor a los estimados presentados el pasado mes de febrero, por lo que la publicación impactó significativamente los precios del maíz al cierre de la semana.
El informe de proyecciones de siembra proporciona las primeras estimaciones oficiales basadas en encuestas de las intenciones de siembra de los agricultores estadounidenses para 2024. Las estimaciones se basan en encuestas realizadas durante las dos primeras semanas de marzo de una muestra de casi 73,000 operadores agrícolas en todo el país. Los productores y compradores ven los resultados de la encuesta como un indicador de la oferta que se puede esperar en la temporada que iniciará en abril y terminará en octubre de este año. Por lo que es ampliamente considerado como uno de los informes del USDA más impactantes publicados a lo largo del año, porque proporciona una indicación temprana significativa de la superficie cultivada y la producción esperada del nuevo año de cosecha, lo que sirve para mover las expectativas de comercialización y por lo tanto mueve los precios.
Como antecedente en el año 2022, la expectativa del mercado superó significativamente la superficie reportada en los informes, lo que provocó una subida muy importante del precio. En cambio, en el año pasado el reporte estuvo alineado a lo esperado por los analistas, debido a que se estaba programando alrededor de 37.9 millones de hectáreas. Ahora este año de nuevo las proyecciones resultaron menores a las esperadas por el mercado ya que el mercado esperaba alrededor de 36.7 millones de hectáreas, pero el reporte arrojo un estimado de 36 millones de hectáreas.
Este reporte da soporte a la expectativa de una menor cosecha de maíz para este año, con respecto al año anterior, cuando se sembraron 37.9 millones de hectáreas, lo que implica una reducción de 1.9 millones de hectáreas. Sin embargo, el incremento de área no lo es todo, porque se espera, si todo marcha bien, esto es si no hay problema de sequía, que hay mayor rendimiento de alrededor de un 2%, por lo que se espera tener una menor producción que el año pasado aún con el efecto combinado de una menor superficie y un mayor rendimiento.
Adicionalmente al reporte de siembra, se presentó el reporte trimestral de los inventarios (al 1 de marzo), donde el restante de maíz fue ligeramente menor al esperado por los mercados, porque se reportaron 212 millones de toneladas, en lugar de las 214 esperadas por el mercado, un 13% más que en el mismo período del año pasado. Las existencias de maíz en los silos de los productores representaron el 60% del total contra un 55% del año pasado, ambas son mayores a las reportadas el año pasado.
Esto provocó que todos los contratos subieran, particularmente el de Julio 2023 que es el que se usa como referencia para la cosecha de Sinaloa. De la misma manera los precios de los contratos de septiembre y de diciembre, que son los afectados por la nueva cosecha, subieron en la misma proporción. Algo notable este año es que los precios de los contratos de septiembre son más altos que los de julio, por lo que no se espera por el momento la presión de los compradores a bajar el precio, si se hace de manera consistente con lo de otros años que presionaban a hacer un promedio con septiembre ahora es conveniente para el productor.
La soya almacenada totalizó 42.9 millones de toneladas, un 13% menos que el 1 de marzo de 2022. Las existencias de soya con los productores se redujeron ligeramente respecto al año anterior, mientras que las existencias fuera de las granjas se redujeron un 21%.
Fuente: https://downloads.usda.library.cornell.edu/usda-esmis/files/x633f100h/31980870j/fj237r16t/pspl0324.pdf
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