Por César Villalobos López
“Lo que se da sin comedimiento, se recibe sin gratitud”, dijo el Ing. Leandro Rovirosa Wade, titular de la Secretaría de Recursos Hidráulicos, a uno de sus funcionarios, que no había logrado aminorar la presión del Sindicato, aun cuando este le aseguraba que estaban satisfechas las demandas laborales.
Y esto lo recordamos el miércoles pasado, durante un evento organizado por el gobierno del estado, en el local del Cinema Curto, ahora icono del centro histórico, en el cual, la gobernadora Marina del Pilar Avila Olmeda, entregó reconocimientos por trayectoria a periodistas y comunicadores.
Pese a las previsiones y múltiples comunicaciones sobre el horario de inicio, Marina del Pilar llegó una hora después y enseguida emite un mensaje asegurando que promueve y reconoce la Libertad de Expresión, a pesar de las duras críticas que recibe.
Sin esperarlo, fui el primero en ser mencionado para subir al estrado y recibir la entrega, de manos de la gobernadora, luego fluyeron una serie de nombres de compañeros periodistas y de otros de comunicación.
15 minutos después, la gobernadora concluyo la entrega y dijo a los presentes “coman rico”, instantes después salió de las instalaciones y los meseros iniciaron el servicio de alimentos.
Cuando esto sucedió, recordamos una frase y un consejo de Don Manuel Garza González, conocido como “El Neme”, cuando en una comida coincidimos en la Casa Coahuila, en la ciudad de México.
Resulta que la comida estaba programada para las 14 horas, ya eran las 3 tres de la tarde y me dijo mire amigo, hay que hacerle caso a mi compadre, el siempre me aconseja que “más vale comer comer, que no comer”.
El retraso fue por los actos protocolarios de la asunción de titulares de las secretarias de estado y es que Luege Tamargo, invitado para la presentación de un Gran Slam con los pequeños venados, buscando darles valor cinegético.
Por cierto, cuando regrese, presidentes de Clubes de Tiro me preguntaban qué era lo que más me había gustado. Mi respuesta, “que en la mesa que me toco, todos me decían muchacho”, era mi respuesta.
Pero regresando al evento de la gobernadora Marina del Pilar, le fallaron colaboradores, se tenían nombres y años de trayectoria, pero no todas las placas llevaban el nombre de a quien se le entrego, ni años, otros con nombres, pero años erróneos.
La gobernadora no convivio con los reconocidos, fue un acto frio y acatonado.
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