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Textos en libertad…

El ‘cash’ y los fuegos fatuos

Por José Antonio Aspiros Villagómez

Con cariño para mi hermano Alejandro, quien el día 11 cumplió una década más de vida

Gracias a envíos de familiares y amistades, en un solo día recibimos seis veces la versión PDF del libro El rey del cash, tres por WhatsApp y tres por correo electrónico, mientras que, según las noticias, la obra en papel se agotó en la preventa de las tiendas en línea.

“A mí me llegó una sola vez y sólo se puede ver y leer en Twitter y con restricciones”, nos comentó una colega periodista, mientras que otra amiga lo recibió de Estados Unidos vía WhatsApp; “o sea que (el libro) ya anda en todas partes”, nos comentó.

Y no es para menos. Su contenido –que usted ya conoce o tiene referencias de él– ha suscitado tal cantidad de reacciones que marcará un hito en el mundo político, pero también en el editorial, ya sea porque el libro se convierta en el ‘best seller’ (superventas) del año, o porque la piratería lo ha hecho llegar a medio mundo.

La obra, reiteramos, está circulando por Internet ampliamente y de manera irregular y gratuita, en indudable agravio de los derechos de autor y los intereses económicos tanto de la escritora, como de la editorial que lo publicó y que ha pedido a la gente no compartir versiones digitales.

 Más que pruebas de las acusaciones, El rey del cash contiene un testimonio personal de su autora, Elena Chávez González, una egresada –igual que el tecleador– de la Escuela de Periodismo ‘Carlos Septién García’, quien por muchos años tuvo cercanía con el hoy presidente Andrés Manuel López Obrador, que es el personaje central de ese texto.

La aparición del libro en este momento político, no es casual; se percibe intencionada. La autora asegura que ya no podía guardarse los datos secretos en su poder, y dice tener más información que se daría a conocer si algo le sucediera como represalia por lo que ya publicó.

Examinamos los ejemplares digitalizados que nos fueron compartidos y lo primero que observamos desde el índice fue la ausencia de cuidado en su hechura. Se trata de un libro sin portada, con tipografía y formato de aficionados, falta de corrección ortotipográfica, páginas en blanco que cortan textos, y líneas huérfanas o viudas (así llamadas en el argot), entre otros detalles de estética editorial.

Todo lo anterior es señal de que se trata de libros piratas, donde sólo la página legal parece bien copiada de la versión auténtica del sello Grijalbo, del grupo editorial Penguin Ramdon House. El índice onomástico es un desastre, lo mismo que la reproducción de las declaraciones patrimoniales de los principales personajes citados en la obra.

“Entiendo en lo editorial a qué te refieres –nos dijo una compañera académica cuando le comentamos lo anterior—(pero) creo que este caso es irrelevante si está bien escrito. La fuente es ella misma (la autora) y su trabajo en varias dependencias, no sólo lo que dice su pareja. Lo importante es que está sacudiendo a varios personajes que están en el candelero y algunas corcholatas (precandidatos del partido Morena)”.

Muy cierto, admitimos: está bien escrito y aunque no lo estuviera, “a la multitud lo que le interesa es el morbo político y en ese sentido, el libro cumple”. También reconocimos que a varios políticos les “pega duro“ El rey del cash, pero pueden demostrar su inocencia si tienen con qué, aunque el golpe ya fue dado y les será difícil quitárselo.

Nuestra conclusión es que México seguirá, pese a unos y otros, quienquiera que gane o pierda, o vaya a la cárcel con este libro, que es una más de esas obras oportunistas contra los gobernantes y otros próceres de la patria (sic irónico, diría el colega Jorge Meléndez), que siempre nos han parecido fuegos fatuos.

Habría que recordar títulos como Así en Los Pinos como en la tierra; Los cómplices del presidente; Felipe, el oscuro; La historia detrás del desastre; Ideotas presidenciales; México en el precipicio; Los presidentes dan pena; El engaño populista; El país de un solo hombre y los que usted guste agregar, para que alguien nos diga cuál fue su trascendencia.

Hace 21 años fue editada una obra que generó mucho ruido mediático: El fenómeno Fox, de Francisco Ortiz Pinchetti y su hijo Francisco Ortiz Pardo, que no contenía una crítica al entonces presidente Vicente Fox, sino la crónica completa de su campaña y una denuncia contra la revista Proceso, de la que ambos periodistas habían sido despedidos.

El problema, descrito ampliamente en un capítulo de nuestro libro Notimex: la imagen ‘sexenal’ de México en el mundo, fue que Ortiz Pinchetti ya era director de la agencia mexicana de noticias cuando se hizo la presentación de su texto, y usó ese medio público no solo para difundir de manera destacada la reseña del acto, sino que envío a los suscriptores la transcripción del capítulo donde denuncia que Proceso había alterado sus notas cuando cubrió la gira electoral de Fox.

La revista acusó de complicidad al gobierno federal si no se deslindaba del mal uso de Notimex y sancionaba al director, presentó una demanda ante la Secretaría de la Función Pública y finalmente Ortiz fue despedido del cargo, multado e inhabilitado por un año para ocupar nuevos puestos gubernamentales.

En el caso de El rey del cash las implicaciones son del más alto nivel, pero no parece que vayan a caer cabezas dentro del gobierno; el presidente ha tomado con aparente naturalidad las revelaciones, las calificó como “ataques” que “van a seguir”, lo mismo que contra Marcelo Ebrard, el canciller presidenciable que, según Elena Chávez, cuando gobernó el Distrito Federal entregaba maletas con dinero en efectivo (cash) para la causa lopezobradorista.

Allá por 2004 o 2005 consultaron a este tecleador sobre la pertinencia de escribir un libro acerca del político-sensación en ese momento, López Obrador, con la idea de que se hiciera cargo del texto. Al parecer nuestra respuesta fue negativa, porque no hubo tal libro: quizás faltaban los datos necesarios para causar revuelo como ahora con lo del “cash”; cuando mucho se había producido el caso del desafuero y no se sabía tanto de AMLO como ahora.