Por Eduardo Manuel Martínez Palomera Ángel
El 2020 nos dejó una interminable serie de aprendizajes, nos puso en una realidad traumatizante y nos sacó de nuestra zona de confort. Como nunca antes, empezamos a vivir en una incertidumbre lacerante que no nos permitía prever la evolución de la problemática que estábamos sufriendo. Prácticamente fue un año de adaptación que nos obligó a adecuarnos a cambios de manera abrupta e implacable, donde muchos conocidos perdieron la vida a manos de la pandemia. Pasamos de la negación al coraje, luego al miedo y finalmente a la aceptación de esta nueva realidad que nos obliga a vivir de otra forma, a convivir de manera diferente, incluso a trabajar de forma remota.
Dentro de los aprendizajes más importantes que obtuvimos estuvo el apreciar lo realmente valioso: la salud, el trabajo, la familia, los amigos, el poder tener que comer, donde dormir y que vestir. Nos regresamos a nuestras necesidades básicas dejando a un lado banalidades y necesidades superfluas que no nos hacían mejores o que en realidad no requeríamos. Se despertó en la mayoría, un sentimiento de solidaridad y compasión por el otro, donde lejos de ver solo por nosotros, estuvimos pendientes de lo que los demás necesitaban. Los ajustes en el gasto y en las inversiones fueron menos dolorosos de lo que hubiésemos imaginado y al final nos hemos sorprendido de cuanto es lo que realmente necesitamos para vivir.
Si bien es cierto nos hemos tenido que replantear nuestra situación laboral o empresarial, la realidad es que en la medida en que nos sepamos adaptar a esta nueva dinámica económica y de mercado, podremos colocarnos laboralmente o encontrar esa nueva oportunidad de negocio que hoy está esperando a ser aprovechada. El proceso de transformación digital que muchas empresas ya habían empezado a considerar, se violentó de forma inusual y nos obligó a transitar hacia la venta de productos y servicios desde la red. Las empresas de logística y distribución han cobrado una relevancia inaudita. La velocidad de respuesta se ha triplicado al grado de que lo que pides en línea, te es entregado desde 24 hasta 48 horas, cuando antes podía pasar al menos 1 semana.
Este 2021 seguiremos batallando con las restricciones de movilidad y convivencia, ya que aun cuando se tiene ya la vacuna que promete inmunidad, el proceso de aplicación de la misma se extenderá probablemente hasta finales de 2022, por lo que no queda más que seguir cuidándonos y esperar nuestro turno para ser inmunizados. La infraestructura y logística para aplicar más de 200,000 vacunas diarias simplemente no se tiene y habrá que esperar a que la autoridad se ponga a planear y a proveer de los recursos necesarios a quienes tengan la tarea de aplicar la vacuna. El gran riesgo se encuentra en que todos los vacunados buscarán vivir como antes y podrán ser portadores del virus sin entender que podrán causar muchísimo daño al resto de la población.
Si bien continuará el ambiente de incertidumbre durante todo el año, en especial en temas económicos como la pérdida de empresas y empleos, la realidad es que habrá nuevos jugadores que entrarán a suplir la demanda insatisfecha. Es cierto que el nivel de consumo interno seguirá disminuyendo pero el reajuste no durará para siempre y a finales de este año veremos de nuevo un incremento en el gasto y la inversión. La recuperación del empleo será lenta y muchos tendremos que reubicarnos en actividades laborales distintas a las que veníamos ejerciendo. Se volverá indispensable actualizarnos profesionalmente en herramientas y habilidades acordes a las nuevas necesidades de las empresas. La oferta educativa de actualización en línea se ha ajustado a las nuevas realidades del mercado y está al alcance de todos.
Este 2021 tenemos la oportunidad de seguir trabajando en nosotros mismos, de revisar eso que sabemos que tenemos que cambiar: hábitos dañinos, pensamientos negativos, actividades improductivas y relaciones tóxicas. Pensar en lo que nos sobra y no en lo que nos falta, nos hará seguir valorando todo lo que tenemos y lo que es realmente importante. Como nunca deberemos cuidar nuestra salud: cuidar lo que comemos, lo que pensamos y preocuparnos por hacer ejercicio. También tenemos la gran oportunidad de seguir buscando el bien de los demás, de construir los hábitos de la solidaridad, de la compasión y de la bondad. Es innegable que cuando te das a los demás se genera una felicidad perdurable.
Este año tenemos la opción para ser mejores personas, para tratar mejor al prójimo, para crecer en todos los sentidos. Es momento de aprovechar esta pausa en la loca carrera de la vida y ver donde estamos parados, de dónde venimos y hacia dónde queremos ir. “Bienvenido seas 2021”.
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