Por / By: María Fernanda Torres Austin // E-mail: [email protected]
Segunda y última parte
Este método de producción ecológico es esencial porque proporciona respuestas a dos desafíos fundamentales de nuestro tiempo, que son la seguridad alimentaria y el calentamiento global. La agricultura está bajo amenaza a medida que el agua dulce se vuelve más escasa cada día; El 97% del agua del planeta es salina, mientras que el 3% restante representa todo nuestro suministro de agua dulce. El crecimiento de la población mundial y su creciente sed de agua para satisfacer las necesidades de la gente y la industria ejercen una presión adicional sobre esa fuente limitada. Al redirigir la producción de alimentos a agua salada, el agua dulce se vuelve disponible para usos más altos.
Además de los alimentos derivados del sistema de acuicultura de ISA, los manglares y la salicornia son los ingredientes básicos para fórmulas exclusivas de alimento para cabras. La producción de una fuente de forraje en un desierto sin usar agua dulce abre las puertas a la actividad de caprinocultura intensiva y sostenible que proporciona carne, leche y queso como productos comerciales. Los humedales productivos creados en el extremo de los ecosistemas ISA ofrecen fuentes adicionales de alimentos para hombres y animales con artemia, macro y microalgas y sal. Con el tiempo, casi 30 cultivos alimentarios diferentes mejorarán el sistema, como arroz y quinua tolerantes a la sal. En conjunto, estos cultivos ofrecen una amplia gama de productos agrícolas para mejorar la seguridad alimentaria.
Los manglares y la salicornia son también son productos industriales preciados, que solidifican el modelo económico de la agricultura ISA. Estas plantas se pueden convertir en biocombustibles, aceite, madera renovable para la construcción, enmienda del suelo y han demostrado potencial para varias aplicaciones farmacéuticas. La combinación de producción de alimentos y aplicaciones industriales de ISA aumenta de manera exponencial el número de manglares y la cantidad de salicornia que se puede plantar dentro del sistema, lo que genera un impacto favorable en el medio ambiente.
Ese impacto en el medio ambiente y específicamente el calentamiento global se entiende mejor a la luz de su potencial de secuestro de carbono. Los humedales costeros en el mundo almacenan de 84 a 233 millones de toneladas métricas de carbono. Entierran el carbono a una tasa diez veces mayor que los bosques y lo capturan a una tasa de 2 a 4 veces mayor que los bosques terrestres. Estas cifras subrayan el papel vital que desempeñan estos ecosistemas en el ciclo del carbono. Como se esperaba, ahora hay un nombre de tendencia para estos humedales costeros, que es “carbono azul” e ISA crea humedales con la mayor eficiencia productiva.
Inicialmente planeado en unas 1,400 hectáreas, la ambición del proyecto en La Paz es crear un collar global de granjas de agua salada en regiones desérticas. Con los gobiernos nacionales en Colombia y Mozambique ya a bordo con su interés, el objetivo declarado de este proyecto es plantar mil millones de manglares en los próximos diez años. El secuestro de carbono de estos bosques productivos contribuirá a la lucha contra el calentamiento global produciendo alimentos y un modelo económico viable libre de subsidios.
Publicado POR: BUSINESS CONEXIÓN
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