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Mortandad de ganado por sequía agrava inseguridad alimentaria en Somalia

Roma, (Notimex).- La mortandad masiva del ganado por la sequía en Somalia ha dañado seriamente la vida de las comunidades pastoriles, lo que amenaza con agravar la inseguridad alimentaria de la población, advirtió hoy la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Dado que las previsiones apuntan a lluvias inferiores a la media entre abril y junio, se necesita ayuda urgente para reforzar la resiliencia de las comunidades afectadas y evitar un deterioro de sus medios de subsistencia y seguridad alimentaria, señaló la FAO en un informe del Sistema Mundial de Información y Alerta (SMIA).

“Somalia es y ha sido tradicionalmente una economía agropastoril. Las pérdidas masivas de ganado han afectado gravemente su economía y a su gente. Es crucial que continuemos apoyando a las familias pastoriles para que desarrollen resiliencia frente a los impactos climáticos adversos”, aseguró el representante de la FAO en Somalia, Daniele Donati.

En las regiones pastoriles del norte y centro del país, el impacto negativo de la prolongada sequía en 2016 y 2017 –en particular en la ganadería- ha impulsado la cifra de personas que padecen inseguridad alimentaria severa en un 3.0 por ciento –según las estimaciones- alcanzándose los 1.8 millones, casi el 30 por ciento de la población de estas zonas.

Según el informe, la situación general de la seguridad alimentaria de Somalia mejoró en cierta medida a principios de 2018 debido sobre todo a la ayuda humanitaria a gran escala y sostenida en el tiempo.

El número de somalíes que sufren inseguridad alimentaria grave descendió en 15 por ciento desde finales de 2017, pero sigue estando un 170 por ciento por encima de los niveles antes de la crisis.

Las pérdidas masivas de rebaños han llevado a una reducción de los suministros del mercado, lo que a su vez ha provocado un aumento en los precios del ganado y de los productos pecuarios, -como la leche-, y el desplome de las exportaciones ganaderas.

Se prevé que esto afecte en forma grave a la economía de Somalia, donde el sector ganadero representa alrededor del 40 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) y el 65 por ciento de la población se dedica a la cría de ganado.

Las familias en las áreas pastoriles soportan ya la mayor parte de este impacto económico negativo, que se refleja en los altos niveles de endeudamiento de los hogares, y que a su vez limita severamente el acceso a los alimentos.

En las regiones del norte y centro de Somalia, las deudas de los hogares aumentaron hasta en un 400 por ciento en 2017, impulsadas por la compra a crédito de alimentos y agua y la solicitud de préstamos para financiar la migración del ganado.

Para responder a las necesidades urgentes de los pastores afectados por la crisis, la FAO llegó en 2017 a 38.3 millones de animales a través de servicios de sanidad animal (tratamiento de parásitos, enfermedades y lesiones y vacunas), aportó alimentación complementaria a más de 900 mil animales (forraje y bloques minerales), y entregó más de 53 millones de litros de agua.

En 2018, la FAO tiene como objetivo ayudar a 2.7 millones somalíes rurales y pide recaudar 236 millones de dólares para sostener estas intervenciones de ganadería, y ayudar a los agricultores a asegurar una buena cosecha.

Así como proporcionar transferencias de efectivo a las familias más vulnerables para que puedan permitirse comer mientras restauran su propia producción de alimentos.

Proporcionar apoyo a los medios de vida y efectivo en áreas rurales no solo el combate al hambre, sino que minimiza los desplazamientos y la venta de activos productivos que en última instancia alimentan a las personas y sustentan sus medios de vida, dijo el organismo de la ONU.