Semanario El Pionero

Expresión de Mexicali y su Valle

Editorial…

De tiempos a tiempos

Un refrán popular de origen bíblico que en forma sentenciosa enuncia: “Tiempo hay tiempos de tirar cohetes y tiempos de recoger varas”, lo que significa que “todo tiene su tiempo todo tiene su momento y cada cosa su tiempo bajo el cielo”.

En los momentos que se viven en México, en Baja California y en Mexicali, este refrán bien podría tener una lógica aplicación, tras las exitosas marchas de protestas ciudadanas primero en contra de los gasolinazos, de la ley del agua y de los impuestos predial y alumbrado público.

Luego se agregó el ¡no!, ¡porque no!, a la cervecera de Constellation Brands, pretextando la defensa del agua del subsuelo, “con sangre y hasta la vida”, por parte de quienes han venido explotando el acuífero, año con año, con la extracción de entre 400 y 500 millones de metros cúbicos anuales, por irresponsabilidad o abuso de los concesionarios de pozos y por negligencia o corrupción de los funcionarios de la Comisión Nacional del Agua. 

Los manifestantes regresaron a sus hogares y unos cuantos que tomaron la determinación de representar a la sociedad, de ser sus voceros y participar en el dialogo o negociaciones con las autoridades, al grito de “no violencia, no violencia”, han tomado posiciones unilaterales y determinantes, exigiendo se cumplan, con respuestas positivas para ellos a todos los planteamientos a la autoridad.

A nivel estatal y municipal, se han tenido avances considerables en beneficio de la economía de los más necesitados, pero no ha ocurrido lo mismo en los reclamos al gobierno federal, no solo en Mexicali o Baja California, sino a lo largo y ancho del país. 

La prudencia de la autoridad o tal vez la falta de energía, además de las incongruencias en el nuevo sistema de justicia penal y la intromisión de los derechos humanos para protección de los manifestantes, han permitido el relajamiento del estado de derecho, olvidándose del derecho del resto de la ciudadanía.

El dialogo entre sociedad y autoridad debe de continuar pero dentro de razonamientos reales, ubicados en el tiempo actual, con datos concretos, hablando poco, diciendo verdades, para no decir necedades.