Por César Villalobos López
En las cuestiones del agua se ha despertado un gran interés ciudadano, lo que resulta muy positivo, lamentándose que la mayoría de esa preocupación este inclinada hacia las versiones de quienes levantan la voz, aseguran tener la razón y arrancan el aplauso fácil.
Los ciudadanos bien intencionados, en algunos casos, en otro no, dan por buenas versiones de quienes asisten a reuniones de información con el único fin de lucimiento personal mediante el cuestionamiento a la información proporcionada por los expositores.
Esto lo observamos, una vez más, en una reunión de información celebrada el sábado 11, en las instalaciones de la concesionaria de la red mayor del Distrito de Riego 014 Rio Colorado, organizada por el grupo Sume –promotor de la cerveza artesanal-, con el Dr. Gustavo Gaspar Blanco y Javier Sanchez Valenzuela a la cabeza, con la idea de que la sociedad civil conozca aspectos relacionados con el río Colorado y las aguas que los Estados Unidos entregan a México en cumplimiento del Tratado Internacional de Límites y Aguas firmado en 1944.
Rigoberto López Garcia, gerente del módulo 18 y asesor técnico de la S. de R.L. inició la presentación de los datos con graficas sobre la cuenca del río Colorado, dividida en dos, en Estados Unidos e identificadas como cuenca alta y cuenca baja, además de México como usuario.
Explicaba el motivo por el cual, al bajar el nivel del Lago Powell, los operadores del sistema del río Colorado e integrantes de la CILA -Comisión Internacional de Límites y Agua- e México y Estados Unidos determinaron la reducción de volúmenes, no solo a México, sino también a los estados del país del norte.
Pero entonces surgió el Dr. Jesús Román Calleros, quien habló y habló en una exposición que no hizo ninguna aportación concreta, salvo presumir más de 30 años dedicados al estudio del agua, además de asegurar que los datos expuestos sobre los flujos y almacenamientos de agua del río Colorado son falso y que él tiene los informes correctos y un estudio -sin precisar de qué se trata- ofreciendo proporcionar una copia a la S. de R.L., a petición de Leonardo Gaspar Blanco, presidente del organismo.
La respuesta de Román Calleros fue positiva, asegurando que el lunes -13 de febrero- los haría llegar a los integrantes del consejo directivos, lo que hasta el viernes 17 no había ocurrido. Otros, por ignorancia o por mala fe, pero siempre buscando notoriedad, aseguran que México violó el acta 242 y por ello los Estados Unidos revistieron con concreta el canal Todo Americano.
La violación, según Eduardo Andrade Cisneros fue por las perforaciones o construcción de pozos para la extracción de agua –en la mesa de Andrade- aduciendo una prohibición del acta 242, lo cual es totalmente falso.
Si bien el acta 242 establece una prohibición para México y Estados Unidos, no es la mesa de Andrade, sino “dentro de los 8 kilómetros (5 millas) de la línea divisoria entre Sonora y Arizona”.
A continuación el texto íntegro del punto 5 del acta 242: “Mientras se llega a la celebración por los gobiernos de México y de los Estados Unidos de un convenio de alcance general sobre aguas subterráneas en las áreas fronterizas, cada país limitará el bobeo de aguas subterráneas en su propio territorio, dentro de los 8 kilómetros (5 millas) de la línea divisoria entre Sonora y Arizona y cerca de San Luis, a 197 358 000 metros cúbicos (160 000 acres-pies) anuales”
El volumen convenido a extraer en territorio mexicano corresponde al gasto de los 67 pozos de la mesa Arenosa de San Luis R.C. Sonora, cuyo gasto fue distribuido para dotar de agua a las poblaciones de Mexicali, Tecate, Tijuana y Ensenada.
Andrade Cisneros se refería las perforaciones hechas en la mesa de Andrade, por particulares generalmente por funcionarios del gobierno estatal y federal, en terrenos comprados al ejido Netzahualcóyotl, así como el pago de un millón de dólares con dinero municipal en la administración de Víctor Hermosillo Celada, hoy senador de la república, al despacho de abogados que infructuosamente pretendieron el no revestimiento de concreto del canal Todo Americano.
Del público alguien mencionó “también el puente pando”, pero se les aclaro que el tema a tratar era el del agua.
Además de preguntas relacionadas con la exposición y otras generadas por las espontaneas intervenciones, hubo quienes, como Gabriel Machado y José Machado Zavala, de PAMSA, aludieron su desesperante preocupación por la situación del agua y el destino de la agricultura del valle de Mexicali. Manuel Aguilar, del ejido Jalapa insistió en “la defensa del agua hasta con la sangre”.
Ari Mateo, en su exposición menciono al valle de Mexicali y su ubicación entre una de las zonas más secas del planeta, pero bendecida con el agua que nos llega por el río Colorado, por lo que hay que crear conciencia para cuidarla, tanto en la ciudad como en las actividades agrícolas, pecuarias, industria y servicios.
Sobre el agua, no solo eso, no faltó quien, a más de 70 años de la firma del Tratado Internacional de Límites y Aguas, en 1944, mencionara tibieza de los negociadores mexicanos, pronunciándose por una revisión.
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