Semanario El Pionero

Expresión de Mexicali y su Valle

Editorial…

En SADER, del dicho al hecho 

“…es una prioridad para el gobierno de la República, que encabeza el Presidente Andrés Manuel López Obrador y el titular de la SADER, Víctor Manuel Villalobos Arámbula, impulsar la sanidad y productividad de los diferentes cultivos agrícolas que se producen en el Valle de Mexicali, por lo que, durante el 2019, la Delegación Estatal seguirá trabajando de manera coordinada con los productores, a fin de lograr mejores condiciones para los productos que se cultivan en la región”.

Juan Manuel Martinez Núñez, Subdelegado Agropecuario de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, afirmo lo anterior al destacar el arranque oficial de ciclo primavera verano, en el valle de Mexicali, con las siembras de maíz blanco y hortalizas, teniéndose como principal cultivo, el algodonero con 34, 472 hectáreas. 

Y, es aquí, donde resulta la incongruencia sobre la supuesta prioridad de “impulsar la sanidad y productividad de los diferentes cultivos agrícolas que se producen en el Valle de Mexicali”

Porque lo mencionamos, simple y sencillamente porque a los funcionarios del sector agropecuario, empezando por el subdelegado agropecuario, a los directivos del Comité Estatal de Sanidad Vegetal, que ahora preside Felipe Ruíz, les importa la sanidad, o la inocuidad, al igual que sucede con los responsables del área en el gobierno del estado.

El miércoles anterior se realizó la reunión del Consejo Distrital para el Desarrollo Rural Sustentable 002, Río Colorado, donde se analizaron diversos temas y el menos importante fue el relacionado con la presencia de algodón en planta y vara en predios, porque los que sembraron no han cumplido con las labores fitosanitarias.

Se supone que, la ahora SADEL, debe de hace las notificaciones correspondientes por conducto de los Cader’s, a los productores, al igual que al Comité Estatal de Sanidad Vegetal, para que, en automático se hagan efectivas las cartas de garantía expedidas por los habilitadores, para cubrir el costo de los trabajos no realizados por el agricultor.

Pero todo se deja “a la buena de Dios”, esperando un milagro, pero ¿quién asumirá la responsabilidad, en caso de brotes de plagas y enfermedades? 

Aquí, el estado juega un papel de indiferencia, debido a que poco o nada dicen sus representantes en el Consejo Distrital, o en el Comité Estatal de Sanidad Vegetal, convirtiéndose en cómplices pasivos de la irresponsabilidad.

Y así es como dicen cumplir con los programas del presidente Andrés Manuel Lopez Obrador y del Dr. Víctor Manuel Villalobos Arámbula, titular de la Secretaria de Agricultura y Desarrollo Rural, en apoyo al campo.

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