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Autosuficiencia alimentaria, apuesta de la próxima administración

“México no sólo debe ser un país autosuficiente, sino también debe jugar un papel importante en el posicionamiento de nuestra agricultura y nuestros productos (agrícolas) en el contexto mundial”, argumenta Víctor Villalobos Arámbula, propuesto para encabezar la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa).

 

Por Carlos Trejo Serrano

México, 25 Jul (Notimex).- En la próxima administración federal se trabajará “a ras de suelo” para rescatar el campo agrícola, aumentar la productividad de los granos y alcanzar la autosuficiencia alimentaria, como lo planteó Andrés Manuel López Obrador durante su campaña.

“México no sólo debe ser un país autosuficiente, sino también debe jugar un papel importante en el posicionamiento de nuestra agricultura y nuestros productos (agrícolas) en el contexto mundial”, argumenta Víctor Villalobos Arámbula, propuesto para encabezar la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa).

Luego de recibir a Notimex en un inmueble del poniente de la Ciudad de México, comenta que nuestro país crece cada vez más y en los próximos años se incrementará la población a 134 millones de habitantes.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) señala que los países deben producir 75 por ciento de los alimentos que consumen para tener seguridad alimentaria.

Villalobos Arámbula confía en que con esas medias se dupliquen los cultivos de los pequeños productores, quienes en su mayoría cuentan con tres hectáreas en promedio y en cada uno se producen tres toneladas de granos por ciclo agrícola.

“El mensaje es que tenemos que ser más autosuficientes en la provisión de alimentos”, insiste Víctor Villalobos Arámbula, quien explica que para el nuevo gobierno será prioritario trabajar en tres ejes fundamentales.

Lo primero será aumentar la productividad para ser más eficientes en la producción por unidad de superficie, en particular del maíz, arroz, trigo y frijol porque México ha dependido de su importación de manera progresiva, apunta.

Considera injusto que el año pasado se alcanzó el primer lugar de importación de maíz, tanto de grano amarillo como blanco, al adquirir más de 16 millones de toneladas, y también se compró 90 por ciento de arroz y 50 por ciento del frijol y trigo.

“Tenemos que orientar nuestros esfuerzos en revertir esa situación, pero sin dejar de lado todo lo demás (del sector)”, enfatiza el ingeniero agrónomo egresado de la Escuela Nacional de Agricultura (ENA).

Hacerlo demandará la ayuda de asistencia técnica, aplicar innovaciones tecnologías -sin dejar de emplear los métodos tradicionales-, recursos económicos, disponibilidad de semillas mejoradas, fertilizantes adecuados y oportunidades de comercialización para los pequeños y medianos productores, quienes históricamente han estado desprotegidos, explica.

De frente y firme, Villalobos Arámbula asevera que hacia finales del próximo sexenio se logrará el objetivo en esos cuatro productos agroalimentarios y se realizará bajo el sistema de precios de garantía -subsidio del sector público-.

Al cuestionarlo sobre la posibilidad de ir en contra del libre comercio o las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC), aclara que este mecanismo no altera los precios internaciones ni trastoca las relaciones comerciales con otros países, sino “es un esquema de apoyo para sacar a la gente (del campo) de la pobreza”.

En México hay 5.5 millones de personas dedicadas a las actividades agrícolas, 739 mil en la cría y explotación de especies ganaderas y 156 mil trabajan en la pesca y acuacultura, según el Atlas Agroalimentario 2017, elaborado por el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP).

De acuerdo con el perfil de la gente del campo agrícola, 45.8 por ciento son trabajadores subordinados y remunerados, 35.6 por ciento laboran por cuenta propia, 12.9 por ciento no reciben pago y 5.7 por ciento son empleadores.

Cifras del organismo de la Sagarpa revelan que 26.9 por ciento de los trabajadores reciben un salario mínimo, 27.5 por ciento tienen entre uno y dos salarios, 12.9 por ciento obtienen de dos y hasta cinco salarios, 1.3 por ciento llegan a más de cinco salarios y 25.1 por ciento no recibe ingresos.

Villalobos Arámbula confía en que con esas medias se dupliquen los cultivos de los pequeños productores, quienes en su mayoría cuentan con tres hectáreas en promedio y en cada uno se producen tres toneladas de granos por ciclo agrícola.

La segunda medida, precisa, es tener una agricultura más responsable con los recursos naturales del país, sobre todo del agua y el suelo, porque con el tiempo se han perdido y, en consecuencia, la capacidad productiva también ha disminuido.

En el país se tiene una frontera agrícola de al menos 27 millones de hectáreas cultivables, pero sólo están ocupadas 23 millones. “La intención no es ampliar el territorio agrícola, sino darle la vocación al terreno sin ser utilizado para sembrar”, añade.

Explica que el tercer pilar estará centrado en una agricultura más inclusiva, pues en la actualidad hay una amplia proporción de productores en condición de pobreza -campesinos e indígenas- a los que se deben rescatar e involucrar en la visión del gobierno entrante.

Por otra parte, el virtual secretario de Agricultura señala que a través de Diconsa se contará con centro de acopio para recibir los granos y sus tiendas serán usadas como distribuidores de semillas y fertilizantes, además se construirán caminos rurales y carreteras.

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