Semanario El Pionero

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Editorial…

Valores cívicos y morales

Hace unos días llamó la atención una ceremonia del alcalde de Ensenada, Marco Antonio Novelo, abanderando, por segunda ocasión, a un Escuadrón Policial Infantil Juvenil, reconociendo el edil que, “la niñez y juventud del municipio son un activo social muy importante porque representan la esperanza de cambio, la renovación generacional, la creatividad, la fuerza física y espiritual de una sociedad que aspira a superarse”.

Destacó que los niños, niñas y jóvenes de hoy son más informados, más participativos, más demandantes, pero también más vulnerables ya que el acceso a las drogas es cada vez más fácil y las redes de distribución son más hábiles.

“Como autoridad responsable, no podemos ni debemos permitir que suceda, por eso a través de la Dirección de Seguridad Pública Municipal, apoyamos al programa Escuadrón Juvenil que junto con DARE sirven a la juventud en el objetivo de desalentar conductas antisociales, vandalismo, pandillerismo, aislamiento social y adicciones”, dijo, añadiendo que el XXII Ayuntamiento a través de ese proyecto trabaja en fortalecer los valores cívicos y morales enseñados desde el hogar, fomentando la cultura de la legalidad y la unión familiar.

El alcalde consideró que con la participación de niños y jóvenes en este tipo de escuadrones “Se alienta una actitud de servicio a la comunidad y de respeto al derecho de las y los demás, se enseñan diferentes disciplinas que nos ayudan a utilizar mejor su tiempo libre, se trabaja en fortalecer el carácter y buscar la superación personal” e hizo un llamado a la niñez y juventud de Ensenada que integran el E.P.I.J., así como a sus familias, amigos  para que no se olviden de que la vida vale la pena cuando se vive sano y con esperanzas.

La llamada de atención surge de recuerdos de años atrás, cuando en Mexicali, el profesor Dionisio Hirales creo una Policía Juvenil que, si bien trataba de influir disciplina a sus integrantes, tuvo una efímera presencia, mas no así los Escuadrones de Educación Vial, integrados por estudiantes de diversas escuelas primarias de la capital bajacaliforniana.

A esos niños, más que jóvenes, se les impartían cursos, no por elementos policiacos, sino por voluntarios de la sociedad civil, sobre cuestiones cívicas y de vialidad, pues su principal objetivo era el ordenamiento de la circulación de vehículos en las principales vialidades del centro de la ciudad, donde en aquella época, los semáforos eran escasos.     

Los niños de ambos sexos, vestido con pantalón o falda azul y blusa o camisa blanca, dirigían el tránsito, con el respeto de los automovilistas y de los peatones que atendían las indicaciones de los pequeños escolapios, quienes reflejaban el orgullo de la actividad que desempeñaban.

Y es que lo asimilado en los cursos relacionados con el respeto a los demás, a ellos mismos, les hacía lucir el uniforme con orgullo y gallardía, por el privilegio que otros niños no lograban y es que los elegidos debían de presentar buenas calificaciones y mejor conducta.

Esos niños cachanillas fueron creciendo bajo la observación de los preceptos de honorabilidad y respeto que les inculcaron, como seguramente lo harán los ensenadenses participantes en los escuadrones. 

Lástima que en aquellos años no se continuó con este tipo de promociones que, seguramente nos habrían dado mejores ciudadanos y muy buenos ejemplos para toda la población.

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