Como cada 27 de enero, desde 1957, en el ejido Michoacán de Ocampo culminan los festejos del Día del Ejido, también conocido como Asalto a las Tierras, con una comida que los campesinos ofrecen a las autoridades, generalmente encabezada por el gobernador, esta vez, Francisco “Kiko” Vega de Lamadrid.
Esto después del evento principal, en el teatro al aire libre, donde después de los honores a la bandera, se da lectura al acta levantada en 1937 por los promotores del inicio de la reforma agraria, -con la determinación del presidente Lázaro Cárdenas del Río-, se corona a la flore más bella del ejido, se escucha a la representación campesina, así como al gobernador y se concluye con el Himno Agrarista.
Antes el gobernador Vega de Lamadrid, acompañado por los alcaldes Gustavo Sanchez Vasquez y Marco Antonio Novelo Osuna, de Mexicali y de Ensenada respectivamente, de la representaciones del Congreso del Estado y del Tribunal Superior de Justicia, así como de invitados especiales y de parte de su gabinete, siguió el ritual tradicional de visitar el Museo, colocar ofrendas florales en el obelisco a los precursores del movimiento y en el busto del presidente Cárdenas del Río, planto un árbol y presidio la ceremonia oficial.
La prolongación de los eventos en el ejido Islas Agrarias, donde la figura principal ha sido Doña Felipa Viuda de Arellano, con actos folclóricos y desayuno, además del tiempo dedicado a una rueda de prensa, ocasionó retraso en su llegada al Michoacán de Ocampo.
La concurrencia de campesinos fue muy reducida, en comparación con años anteriores y más si regresamos tres décadas, a la época cuando los entonces, si líderes, de la CNC y de la CCI buscaban demostrar su capacidad de convocatoria y los gobiernos del estado y de la federación daban respuestas concretas a sus demandas.
En esta ocasión, algunos de los inductores de los reclamos, muy serenos, sentados a espaldas del gobernador y el resto del presídium, aplaudían internamente a los gritos de quienes pretendían ganar notoriedad a base de insultos.
Antes de la llegada de la comitiva oficial, los pocos ciudadanos y hasta algunos comunicadores dieron cuenta de algunas golosinas culinarias, en especial café y champurrado, tratando de disminuir los gélidos efectos del clima, incrementada su intensidad por el aire.
Chicas edecanes de Autoproductos caminaban de un lado a otro para generar calor propio y estar en condiciones de dar explicaciones sobre planes de financiamientos y características de las unidades de las marcas Dodge, Jeep, Chrysler y Fiat, a quienes solicitaban información.
POLVOS DE AQUELLOS LODOS
Disminuido físicamente, Oscar Garzón Garate, hijo del controvertido líder agrario Alfonso Garzón Santibañez, fundador de la Liga Agraria Estatal y de la Central Campesina Independiente, pero lúcido, recordó los viejos tiempos de los festejos del Asalto a las Tierras, con Jorge Rodriguez, Roberto Olivas Córdova, Francisco Díaz Echerivel, Salvador Solorio Aguilar, sin dejar a un lado la competencia gremial con los cenecistas Celestino Salcedo Monteón, Rodolfo Fierro Marquez, Luis González Ruiz, así como con Luis Ayala García, a quien considera traidor a la CCI por su integración a la Liga de Comunidades Agrarias CNC, como Secretario General, prestándose así a una maniobra del gobernador Milton Castellanos Everardo en su intento por desaparecer la Liga Agraria Estatal CCI.
Ayala Garcia, de filiación ceceista, fue ungido como dirigente de la Liga de Comunidades Agrarias, en un evento presidido por el profesor Oscar Ramirez Mijares, en el salón social del ejido Nacionalista, la misma noche que elementos de la entonces policía judicial tomaba por asalto el edificio de la Liga Agraria Estatal CCI, ubicado en la avenida Lerdo, de Mexicali.
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