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Tratadora de aguas residuales en IICA

MEXICALI.- Con el compromiso de contribuir al beneficio del medio ambiente, el Instituto de Investigaciones en Ciencias Veterinarias (IICV) de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC) ha trabajado durante los últimos años en la planificación y elaboración de la planta de tratamiento de aguas residuales, que actualmente se encuentra en funcionamiento.

El proyecto es encabezado por la doctora Sonia Del Carmen Soto Alvarado, Coordinadora del Programa Ambiental, con apoyo del encargado de la planta, doctor Juan Octavio Chirino Romero y del operador Dilio Mountufar.

El objetivo del proceso de tratamiento de aguas residuales es producir agua de calidad que cumpla con la normatividad oficial NOM-001-ECOL-1996, exigida por la Comisión Nacional del Agua (Conagua), para su descarga y posibilitar su reuso.

El tratamiento del agua residual consiste en degradar y estabilizar los residuos orgánicos separando a la vez el material inorgánico, lo que se lleva a cabo mediante procesos físicos, biológicos y químicos. Los procesos físicos son esencialmente: la aireación inducida por medios mecánicos, la sedimentación y los efectos producidos por la luz del sol y el viento.

Las reacciones químicas y biológicas se basan en el principio de que los organismos vivos se alimentan de sólidos orgánicos, produciendo desechos que al mismo tiempo son alimento para organismos que le prosiguen, los cuales continúan con el proceso de degradación hasta que los sólidos orgánicos quedan finalmente reducidos y estabilizados a compuestos amigables a la naturaleza como dióxido de carbono, nitrógeno, metano y agua.

La planta está conformada por tres lagunas: la norte que tiene 3.5 metros de profundidad; la central que mide 3 metros; y la sur con 2.5 metros de profundidad. Desde su construcción la planta ha estado en constante cambio, modificando el material de algunas partes, cercando alrededor de toda la planta para no ocasionar accidentes, realizando pruebas con constancia para medir los parámetros del tratamiento, tiempo de retención en cada laguna, pH, conductividad eléctrica, entre otros procesos.

“Todas las actividades relacionadas con cuestiones ambientales son costosas y gran parte del presupuesto referente a las cuestiones ambientales es dirigido a la planta tratadora, los materiales, el equipo, los análisis, el mantenimiento, medidores de flujo, pero siempre buscamos mejorar la planta”, comentó la doctora Sonia Soto. 

Los alumnos del IICV colaboran en la planta tratadora a través del Servicio Social, con monitoreo, análisis y mejoramiento de la planta. Uno de los efectos esperados es tener un resultado de aguas moradas, para beneficiar a la flora y la fauna reutilizando el agua tratada para riego de las áreas verdes del Instituto, entre otros beneficios. 

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