La verdad duele
Existen funcionarios, políticos, productores, vividores del presupuesto y supuestos líderes que se solazan al leer o escuchar –en los medios electrónicos- comentarios que les sean favorables y agradables al oído, sin importar su veracidad, lo que interesa es el alago, aun cuando lo tengan que pagar a los comunicadores radiofónicos.
Cuando estos individuos tienen razón y de ellos se escribe, por lo general alude la publicación y hasta llegan a felicitar o a reconocer al medio y al escritor.
Lo mismo ocurre cuando un funcionario público hace menciones que agradan a quienes lideran algunos movimientos o representan a productores.
El problema surge cuando algún medio da cuenta de declaraciones de funcionarios que exhiben la indiferencia de aquellos supuestos líderes para atender recomendaciones que, al final, si se toman en cuenta tendrán beneficios para quienes dicen representar.
Desde hace varios años hemos estado escuchando los llamados y recomendaciones del Ing. Guillermo Aldrete Haas, a distintos grupos, dirigentes y trigueros en lo particular, para organizarse.
Ello les permitiría terminar con la dependencia de los subsidios gubernamentales, al concurrir con sus cosechas al mercado internacional, ofertando volúmenes bien definidos que en la actualidad quedan en manos de las grandes empresas que comercializan sus cosechas.
El tema lo hemos tocado en varias ocasiones y nuevamente lo hacemos como resultado de la respuesta que el delegado de la Secretaría de Agricultura dio a un reportero que le cuestionó sobre el bajo precio del trigo y la falta de mercado.
El funcionario fue muy claro al precisar: “El problema para la comercialización del trigo del valle de Mexicali, no es la calidad, ni el precio, es la falta de organización de los productores para estar en condiciones de ofertar en el mercado internacional”.
Y sobre su insistencia a los productores de trigo en la necesidad de organizarse… “la verdad, no hay avances, ni siquiera visos de interés”.
Remato enfatizando una realidad que muchos productores no reconocen: “no es negocio esperar cosechas de 4 a 5 toneladas, esperando que el precio suba o que el gobierno incremente subsidios” e insistió “falta una buena organización que les permita comercializar y participar en agroindustrias”.
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